En muchos distritos de Lima
La Municipalidad de Surco continúa brindando licencias de construcción, a pesar de la sobrepoblación que existe en varias zonas del distrito
La antigua arquitectura de Lima empeora y agrava más la clase de vida de los ciudadanos
La calidad de vida en Lima cada día denigra más a sus pobladores. No importa la clase social, el estrato económico y el distrito en donde se vive. La expansión inmobiliaria, la contaminación visual y sonora ya residen en la ciudad. Actualmente, la contaminación agobia física y mentalmente a los ciudadanos, a los círculos sociales y a las residencias que habitan.
Testimonios
Qué poco queda de aquella zona residencial en la que el verde, el silencio y las casonas rodeaban al cálido cerro boscoso de Surco. Para Mario Ojeda, dirigente vecinal en los Álamos durante más de 5 años, la zona residencial se ha vuelto una zona donde la invasión inmobiliaria ha cometido varias irregularidades en los últimos años.
Mario Ojeda tiene una residencia en la calle Herraje Mz. P, Lote 19 Urb. Álamos II. Su casa posee cientos de metros cuadrados. Antes el espacio y la comodidad calmaban sus largas jornadas de trabajo como médico cirujano, sin embargo, ahora todo es diferente.
“La residencial ha colapsado. Los vecinos estamos impacientes por volver a disfrutar de una zona de descanso. Ahora Los Álamos de Monterrico se encuentra totalmente consolidada y se ha restringido el otorgamiento de permisos para nueva construcciones, en tanto no haya una capacidad suficiente para la dotación de servicios básicos”, afirmó el dirigente.
Ojeda señaló que ya no se puede permitir que las inmobiliarias construyan más departamentos. Para el dirigente vecinal, muchas veces deben venir cisternas a abastecer el consumo de agua de Los Álamos, debido a los consentimientos que han otorgado los alcaldes. “Es indignante que nosotros hayamos pagado tanto para estar en un distrito tranquilo, para luego ver que nuestros sistemas de agua y desagüe colapsen”, señaló.
Por su parte, en el jirón Miguel Aljovín, a una cuadra de la avenida Abancay, vive la señora Gloria Ancaya. Ella sufre cada día más los estruendosos sonidos del tráfico metropolitano limeño. No sólo buses, autos y ruidosas bocinas alimentan el jirón aledaño a la avenida, también el ruido del comercio y la delincuencia de la calle atacan a la vivienda de material noble de la señora.
“Hace 50 años que vivo en el Centro de Lima y cada día hay más ruido. En la mañana es igual que en la noche. A pesar de vivir en el segundo piso de esta casona, el sonido es demasiado intenso. Estas residencias son muy antiguas y su material no está preparado para las emisiones de sonido actualmente se emiten en la ciudad."
Para Ancaya antes todo era tranquilo, calmado y lleno de residencias; ahora todo es agresividad y delincuencia. “Antes habían empresas y agencias; ahora sólo hay negocios informales y depósitos" La señora no duda en culpar a la Municipalidad de Lima. "Son los culpables. No previeron que un futuro el modo de vida del centro iba a ser así. La municipalidad comete atropellos y ahora nosotros tenemos que sufrir los platos rotos", aseveró, mientras se tapaba los oídos ante los ruidos emitidos por las bocinas.
A varios kilómetros de distancia vive la contadora Inés Marqués Sanabria. Ha vivido por más de 10 años en el pasaje Los Faisanes 109 en el distrito de Santa Anita y ahora la contaminación visual rodea a su casa.
Paneles, letreros y propagandas asedian a su vivienda de Santa Anita. Las mismas generan demasiado estrés e incomodidad; las publicidades de los restaurantes, tiendas y puestos de trabajo captan toda su atención de la vista. “No puedo ver hacia la calle por la cantidad de propagandas que tengo junto a mi ventana y la municipalidad no ha hecho nada a pesar de mis reclamos ¿Qué tengo que hacer? ¿Largarme?”, declaró contrariada la residente de Santa Anita.
La contadora piensa que los avisos deben reducirse y debería haber un sólo letrero encima de la fachada. Para Marqués es el colmo que cada día se tengan que crear publicidades más grandes para captar la mirada del cliente. “Los carteles generan un mal aspecto a todo el vecindario. Son de lo más desordenados. Comprendo que existen varios negocios cerca, pero los letreros se deberían ubicar moderadamente. Ocurre siempre y en campaña electoral es peor.”
Especialistas
Con relación a la expansión inmobiliaria, el arquitecto y urbanista, Sharit Kahat, afirmó que si bien todo distrito debe crecer hacia arriba, esto debe ir de la mano con una adecuada ampliación de servicios (agua, desagüe y un plan de mitigación del tránsito). De esta manera se encontrará un justo equilibrio con los vecinos que compraron sus predios en zonas de poca densidad. Para el especialista la aprobación de los proyectos inmobiliarios son tarea del Colegio de Ingenieros y de Arquitectos. Estos deben velar por los intereses de sus ciudadanos. "La expansión del concreto no es sinónimo de desarrollo o calidad de vida”, afirmó
Con respecto a la contaminación sonora, el otorrinolaringólogo, Luis Vela Zegarra indicó que la cantidad de decibeles emitidos por la avenida Abancay transgrede lo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El límite máximo establecido por la OMS para una zona urbana es de 55 decibeles. Sin embargo, en muchas zonas del Centro de Lima, incluida Abancay, la cantidad de emisión de ruido debe rondar entre 75 a los 110 decibeles. Dicha cantidad "generaría sordera, degeneraría el comportamiento de las personas y aumentaría el estrés en los niños, adultos y ancianos. Pero sobre todo, tendría repercusión directa sobre el aparato cardiovascular del ser humano”, señaló.
Sobre los problemas que podría acarrear la contaminación visual, el neurólogo, Pedro Luis Castelares, advirtió que la larga exposición a estas imágenes pueden producir lesiones cerebrales y alteraciones en el comportamiento. El médico afirmó que la ansiedad, depresión, psicosis, el bajo rendimiento laboral y conflictos familiares son algunos de los complicaciones que puede causar el impacto visual.
Asimismo, no sólo emocionalmente, sino también físicamente atacaría al cuerpo. Para el psiquiatra Jeremy Holmes, graduado y docente de la universidad de Execer en Inglaterra, la contaminación visual ataca a los músculos miofasciales del rostro y produce dolores de cabeza. "Los dolores producen estrés y el estrés eleva los niveles de cortisona. Ello crea infecciones crónicas en el cuerpo que pueden producir efectos y síntomas mucho más graves que una simple depresión”, indicó
El psiquiatra recomendó que para calmar el estrés, el habitante limeño debe realizar deportes para ayudar a equilibrar el cuerpo con la mente. “También está comprobado que viajar al campo desestresa al cuerpo. Otra manera es cantar. Pero sobre todo forjando relaciones familiares fuertes y estables”, afirmó.
Datos
En los últimos tres años ha existido una fuerte presión inmobiliaria en el distrito de Surco. Durante la gestión anterior del ex alcalde Juan Manuel del Mar se impulsó una verticalización inmobiliaria. Hoy, a los múltiples casos de atropellos inmobiliarios, como en las urbanizaciones de Los Álamos, se ha sumado la intención del club El Bosque de abrir una sede en la urbanización Club Golf Los Incas, según la revista Caretas el día 24 de marzo del 2011.
Humberto Martínez, presidente del Comité General de Obras de Edificación del gremio constructor, señaló que sólo en Surco las inversiones de construcción detenidas alcanzan los US$ 200 millones, según RPP el día 30 de Marzo del 2011.
La Municipalidad de Surco continúa brindando licencias de construcción, a pesar de la sobrepoblación que existe en varias zonas del distrito
La antigua arquitectura de Lima empeora y agrava más la clase de vida de los ciudadanos
La calidad de vida en Lima cada día denigra más a sus pobladores. No importa la clase social, el estrato económico y el distrito en donde se vive. La expansión inmobiliaria, la contaminación visual y sonora ya residen en la ciudad. Actualmente, la contaminación agobia física y mentalmente a los ciudadanos, a los círculos sociales y a las residencias que habitan.
Testimonios
Qué poco queda de aquella zona residencial en la que el verde, el silencio y las casonas rodeaban al cálido cerro boscoso de Surco. Para Mario Ojeda, dirigente vecinal en los Álamos durante más de 5 años, la zona residencial se ha vuelto una zona donde la invasión inmobiliaria ha cometido varias irregularidades en los últimos años.
Mario Ojeda tiene una residencia en la calle Herraje Mz. P, Lote 19 Urb. Álamos II. Su casa posee cientos de metros cuadrados. Antes el espacio y la comodidad calmaban sus largas jornadas de trabajo como médico cirujano, sin embargo, ahora todo es diferente.
“La residencial ha colapsado. Los vecinos estamos impacientes por volver a disfrutar de una zona de descanso. Ahora Los Álamos de Monterrico se encuentra totalmente consolidada y se ha restringido el otorgamiento de permisos para nueva construcciones, en tanto no haya una capacidad suficiente para la dotación de servicios básicos”, afirmó el dirigente.
Ojeda señaló que ya no se puede permitir que las inmobiliarias construyan más departamentos. Para el dirigente vecinal, muchas veces deben venir cisternas a abastecer el consumo de agua de Los Álamos, debido a los consentimientos que han otorgado los alcaldes. “Es indignante que nosotros hayamos pagado tanto para estar en un distrito tranquilo, para luego ver que nuestros sistemas de agua y desagüe colapsen”, señaló.
Por su parte, en el jirón Miguel Aljovín, a una cuadra de la avenida Abancay, vive la señora Gloria Ancaya. Ella sufre cada día más los estruendosos sonidos del tráfico metropolitano limeño. No sólo buses, autos y ruidosas bocinas alimentan el jirón aledaño a la avenida, también el ruido del comercio y la delincuencia de la calle atacan a la vivienda de material noble de la señora.
“Hace 50 años que vivo en el Centro de Lima y cada día hay más ruido. En la mañana es igual que en la noche. A pesar de vivir en el segundo piso de esta casona, el sonido es demasiado intenso. Estas residencias son muy antiguas y su material no está preparado para las emisiones de sonido actualmente se emiten en la ciudad."
Para Ancaya antes todo era tranquilo, calmado y lleno de residencias; ahora todo es agresividad y delincuencia. “Antes habían empresas y agencias; ahora sólo hay negocios informales y depósitos" La señora no duda en culpar a la Municipalidad de Lima. "Son los culpables. No previeron que un futuro el modo de vida del centro iba a ser así. La municipalidad comete atropellos y ahora nosotros tenemos que sufrir los platos rotos", aseveró, mientras se tapaba los oídos ante los ruidos emitidos por las bocinas.
A varios kilómetros de distancia vive la contadora Inés Marqués Sanabria. Ha vivido por más de 10 años en el pasaje Los Faisanes 109 en el distrito de Santa Anita y ahora la contaminación visual rodea a su casa.
Paneles, letreros y propagandas asedian a su vivienda de Santa Anita. Las mismas generan demasiado estrés e incomodidad; las publicidades de los restaurantes, tiendas y puestos de trabajo captan toda su atención de la vista. “No puedo ver hacia la calle por la cantidad de propagandas que tengo junto a mi ventana y la municipalidad no ha hecho nada a pesar de mis reclamos ¿Qué tengo que hacer? ¿Largarme?”, declaró contrariada la residente de Santa Anita.
La contadora piensa que los avisos deben reducirse y debería haber un sólo letrero encima de la fachada. Para Marqués es el colmo que cada día se tengan que crear publicidades más grandes para captar la mirada del cliente. “Los carteles generan un mal aspecto a todo el vecindario. Son de lo más desordenados. Comprendo que existen varios negocios cerca, pero los letreros se deberían ubicar moderadamente. Ocurre siempre y en campaña electoral es peor.”
Especialistas
Con relación a la expansión inmobiliaria, el arquitecto y urbanista, Sharit Kahat, afirmó que si bien todo distrito debe crecer hacia arriba, esto debe ir de la mano con una adecuada ampliación de servicios (agua, desagüe y un plan de mitigación del tránsito). De esta manera se encontrará un justo equilibrio con los vecinos que compraron sus predios en zonas de poca densidad. Para el especialista la aprobación de los proyectos inmobiliarios son tarea del Colegio de Ingenieros y de Arquitectos. Estos deben velar por los intereses de sus ciudadanos. "La expansión del concreto no es sinónimo de desarrollo o calidad de vida”, afirmó
Con respecto a la contaminación sonora, el otorrinolaringólogo, Luis Vela Zegarra indicó que la cantidad de decibeles emitidos por la avenida Abancay transgrede lo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). El límite máximo establecido por la OMS para una zona urbana es de 55 decibeles. Sin embargo, en muchas zonas del Centro de Lima, incluida Abancay, la cantidad de emisión de ruido debe rondar entre 75 a los 110 decibeles. Dicha cantidad "generaría sordera, degeneraría el comportamiento de las personas y aumentaría el estrés en los niños, adultos y ancianos. Pero sobre todo, tendría repercusión directa sobre el aparato cardiovascular del ser humano”, señaló.
Sobre los problemas que podría acarrear la contaminación visual, el neurólogo, Pedro Luis Castelares, advirtió que la larga exposición a estas imágenes pueden producir lesiones cerebrales y alteraciones en el comportamiento. El médico afirmó que la ansiedad, depresión, psicosis, el bajo rendimiento laboral y conflictos familiares son algunos de los complicaciones que puede causar el impacto visual.
Asimismo, no sólo emocionalmente, sino también físicamente atacaría al cuerpo. Para el psiquiatra Jeremy Holmes, graduado y docente de la universidad de Execer en Inglaterra, la contaminación visual ataca a los músculos miofasciales del rostro y produce dolores de cabeza. "Los dolores producen estrés y el estrés eleva los niveles de cortisona. Ello crea infecciones crónicas en el cuerpo que pueden producir efectos y síntomas mucho más graves que una simple depresión”, indicó
El psiquiatra recomendó que para calmar el estrés, el habitante limeño debe realizar deportes para ayudar a equilibrar el cuerpo con la mente. “También está comprobado que viajar al campo desestresa al cuerpo. Otra manera es cantar. Pero sobre todo forjando relaciones familiares fuertes y estables”, afirmó.
Datos
En los últimos tres años ha existido una fuerte presión inmobiliaria en el distrito de Surco. Durante la gestión anterior del ex alcalde Juan Manuel del Mar se impulsó una verticalización inmobiliaria. Hoy, a los múltiples casos de atropellos inmobiliarios, como en las urbanizaciones de Los Álamos, se ha sumado la intención del club El Bosque de abrir una sede en la urbanización Club Golf Los Incas, según la revista Caretas el día 24 de marzo del 2011.
Humberto Martínez, presidente del Comité General de Obras de Edificación del gremio constructor, señaló que sólo en Surco las inversiones de construcción detenidas alcanzan los US$ 200 millones, según RPP el día 30 de Marzo del 2011.
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