martes, 28 de junio de 2011

Exceso de azúcar, de carbohidratos y grasas, sustitución de productos:


PELIGROSO VASO DE LECHE

Solo 4% de raciones del Programa Vaso de Leche (PVL) son nutritivos

El reporte anual sobre el PVL, emitido por la Contraloría, vuelve con la misma noticia: Raciones que no tienen niveles apropiados de calorías. Peor aún, en el 2009, solo el 4% de los alimentos que se distribuyeron fueron nutritivos ¿Qué pasa con el 96 % de alimentos que son entregados a las familias que menos tienen?

En la oscuridad de una pequeña casa del Pueblo Joven Ciudad de Dios, Arequipa, vive la señora Nadia Chuctaya Quispe junto a su pareja y sus tres hijos. Carlos de 6 años, miguelito de 4 y Silvia de 2 años. Primitivo, su esposo, trabaja como maestro de obra o albañil, pero el dinero que gana no es suficiente para mantener a la familia. Para este hogar los alimentos que reciben del PVL ayudan a sobrevivir y tener algo que llevarse a la boca.

Faltan poco días para recibir la porción de vaso de leche que corresponde al mes. Las papillas o el enriquecido lácteo se terminaron apenas llegaron, a Silvia le encanta comérselos de la bolsa, son muy dulces. Los tarros de leche se acabaron hace unos días y lo único que queda es la avena, pero no es muy rica.

Una mañana el llanto de Silvia despertó a sus padres, algo le pasaba. Nadia y Primitivo se levantaron alarmados, cogieron a su niña y la llevaron a la posta. Se trataba de un fuerte dolor de estómago.

Silvia tenía la apariencia de ser una niña saludable, gordita y divertida. Aunque en los últimos días parecía estar siempre aburrida y se levantaba tarde, algo raro en ella. Este comportamiento tenía una explicación, “Lo siento mucho señora, pero parece que su niña tiene un cuadro de desnutrición”, esas fueron las palabras de la doctora, mientras escribía una receta o algo parecido.

Era ilógico pensar que una niña como Silvia estuviese desnutrida. Nadia se sentía culpable, al fin y al cabo era su madre, y tenía la responsabilidad de cuidar por la alimentación de su hija. Pensaba que jamás había faltado algo de comida en casa, a pesar de su pobreza, ella tenía en mente las palabras de su madre: la nutrición es lo más importante para que un niño crezca sano y sea inteligente.

En la mente de Nadia solo permanecían las palabras de la doctora ,”según los análisis, su hija está consumiendo demasiada azúcar, es preferible que ya no compre golosinas, además procure darle alimentos nutritivos, quinua, kiwicha, maca, leche. El hecho que su hija este gordita no significa que sea saludable”, pero eso era lo que su niña consumía, leche, papilla con maca, avena, un enriquecido lácteo…productos del Vaso de Leche.

Esta es la situación de muchas familias del país: niños desnutridos que a pesar de consumir alimentos y ser parte del PVL, tienen graves problemas de salud.

Este programa ha olvidado su objetivo: elevar el nivel nutricional de los beneficiarios y mejorar la calidad de vida de los segmentos más pobres de la población.

Por el contrario, el exceso de azúcar que contienen la mayoría de las raciones, y valores saturados de carbohidratos y grasas provocan en los niños malos hábitos de consumo, obesidad y diabetes.

Para matar el hambre, sí; para nutrir, no

El hecho de que un producto cumpla con la cantidad de calorías necesarias, no significa que sea nutritivo. Entre las raciones que cumplieron con el requerimiento mínimo de energía y macronutrientes del PVL, se encontró que 170 que utilizaron cantidades de azúcar mayor al máximo recomendado de 17,5% g, que fueron distribuidas en 65 municipalidades del país.

Los principales alimentos o insumos, fuentes de proteínas, son los siguientes: leche de vaca, en cualquiera de su formas, leche modificada, proteína aislada de soya, proteína concentrada de soya, harinas de soya y haba, hojuelas de quinua y kiwicha.

Para Faviola Jiménez, Directora de la Red Peruana de Alimentación, cada ración debe contener valores proporcionados de proteínas, grasas, carbohidratos y azucares. Sin excesos.
También recordó que desde sus origines, el Programa Vaso de Leche no tuvo como objetivo combatir la desnutrición, sino solo para matar el hambre.

La Bolsa mentirosa

Cada municipio del país tiene la responsabilidad de realizar la debida licitacion y contratar a la empresa adecuada, con características determinadas. Pero empresas como Poder Lac, son capaces de sustituir proteínas por harina de arroz. Nada nutritivo.

En la municipalidad de José Luis Bustamante y Rivero, Arequipa, hace varias semanas, dos ex trabajadores de la empresa Coproisa (Compañía Procesadora e Industrializadora de Alimentos S.A.C.) dedicada a la elaboración de alimentos, dijeron un diario que se adulteraba el contenido de los enriquecidos lácteos destinados a la venta para licitaciones municipales.

Para sorpresa de todos, la calidad nutricional de estos productos no concordaba con los valores expuestos en el envase, ni con los requerimientos estipulados en las bases de la licitación.

La adulteración consistiría en el reemplazo que se hace de algunos productos, por una “torta de soya”, que es un sedimento que se obtiene como resultado de la extracción del aceite de soya. Luego este excedente sería mezclado con harina de arroz, que no tiene contenido proteico.

Incluso aseguran haber sido testigos de que en muchas sesiones de preparación hubo ausencia total de leche y que, en cambio, se excedieron considerablemente en la aplicación de saborizantes.

Pero eso no es todo. Según dicen, al momento de llevar al laboratorio una muestra para su análisis, se elabora otro preparado que sí contiene todos los productos requeridos, es decir un verdadero enriquecido lácteo que, evidentemente, arrojará resultados óptimos. Pero esto no es lo que se entrega masivamente al público beneficiario, bajo la etiqueta de Poder Lac.

El producto adulterado fue llevado a dos laboratorios para su análisis. El resultado: positivo, todo lo que habían denunciado los ex trabajadores de la empresa Poder Lac, era totalmente cierto. El municipio de José Luis Bustamante y Rivero dice no saber nada.

Leyes olvidadas

De acuerdo con la directiva legal emitida por el Ministerio de Salud, una ración del Programa del Vaso de Leche debe tener 207 kilocalorías como mínimo, y debe estar compuesta como mínimo por 6.21 g de proteínas, 4.6 g de grasa y 31.15 g de carbohidratos.

Los principales alimentos del vaso de leche son, leche evaporada. Mezcla de cereales y leche evaporada modificada.

Al respecto, la Ley 27712 que modifica la Ley 27470, establece en su artículo 2, que para la ración se deberá adquirir aquellos alimentos de mayor calidad nutricional adecuadamente balanceada y que tenga el menor costo, responsabilidad que cae sobre cada municipalidad.

Solo 20 municipalidades certificaron ante la Contraloría General de la República que en el 2009, entregaron raciones del PVL que cumplían con el valor nutricional adecuado para combatir la desnutrición infantil.

Procesos eternos

La contraloría de la Republica realiza informes cada año sobre el PVL, encontrando irregularidades en el proceso de licitación, los valores nutritivos, así como la filtración de personas inadecuadas al programa.

Año tras año, las recomendaciones han sido remitidas al Congreso de la Republica, al Ministerio de la Mujer, a la Presidencia de Consejo de Ministros, al Ministerio de Salud y a las distintas municipalidades del país.

Sin embargo, cuando uno pregunta cuánto es que se ha mejorado, la respuesta es negativa. Según el organismo de control interno (OCI ) de cada una de las instancias ya mencionas, ninguna de las instituciones estatales ha puesto en marcha las recomendaciones. Todas están en proceso.Todas avanzan lentamente.

Se sugirió al Ministerio de Salud la implementación de nutricionistas en las municipalidades. Profesionales que evalúen las características o calorías de los productos antes de entregarlos.

También se recomendó al Ministerio de Salud realizar un monitoreo permanente de los niños con riesgos nutricionales y de los lactantes menores de 24 meses que consumen la ración del programa del vaso de leche, comunicando periódicamente los resultados.

Ninguna de las recomendaciones han dado resultado, una vez más, la respuesta es: están en camino. Proceso que va de la mano con la mala alimentación que reciben miles de niños, ancianos y madres gestantes día a día.

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