lunes, 27 de junio de 2011

Spanish Revolution: De internet a las calles

Luego de 25 días los ‘indignados’ retiraron sus campamentos en diversas plazas españolas. Ahora, queda preguntarse si la manifestación pública del movimiento 15M tendrá relevancia en el devenir político de la sociedad española.


Todo comenzó el 15 de marzo. Ese día las calles de Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona y demás provincias españolas, se llenaron de jóvenes, adultos y ancianos cansados de la falta de soluciones ante el desempleo y la inoperancia de un sistema político bipartidista en el que no se sienten representados. Las más de cien mil personas que salieron a marchar se reunieron a través de redes sociales. Fue, sin duda, la movilización 2.0 más grande en la historia de España.

“Nosotros los desempleados, los mal remunerados, los subcontratados, los precarios, los jóvenes… queremos un cambio y un futuro digno.” Así iniciaba el manifiesto que se presentó a través de la web Democracia real ya. “Estamos hartos de reformas antisociales, de que nos dejen en el paro, de que los bancos que han provocado la crisis nos suban las hipotecas o se queden con nuestras viviendas… No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”.

Desde aquel día decidieron tomar las plazas principales de toda España. Esa era su forma de patear el tablero, de decir que estaban hartos de que los políticos no encuentren una solución para el desempleo generado por la crisis económica, y las altas tasas de impuestos con las que especulaban los bancos. Estaban indignados, y así se autodenominaron. Este llamado de atención a las autoridades españolas por parte de la sociedad civil se realizó a una semana de las elecciones que decidirían a los jefes de gobierno de las provincias autónomas y a los alcaldes de todo el país.

La proximidad a las elecciones hizo que algunos líderes de opinión, como el director del diario El Mundo, dijeran que el movimiento, bautizando como 15M, era una manipulación del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para evitar el triunfo del conservador Partido Popular en las urnas. Ante cualquier teoría de la conspiración desatada por diversos medios de comunicación los manifestantes dijeron a la opinión pública no identificarse con partido político alguno. Si ellos los decepcionaron ¿Cómo podrían identificarse con la clase política gobernante?

El resultado de las elecciones fue favorable al Partido Popular. A pesar de que un gran número de españoles se mantuvo acampando, el nivel de ausentismo a la hora de votar se redujo en un 2%. Incluso muchos de los indignados fueron a cumplir con su deber cívico con polos alusivos a su gesta, marcados con su grito ‘Democracia Real Ya’. La indignación fue el motivo que hizo que los votos nulos llegaran a superar el 2% del total de votos emitidos. España se vestía de gala para protestar en las urnas, ni con socialistas, ni con conservadores.

El problema del movimiento 15M y de su heroica acampada fue que no se llegaba a un acuerdo cocreto en torno a sus exigencias. La gente simpatizaba con ellos, les donaba víveres y les llevaba frazadas, pero no se oía el mensaje fundamental de sus reclamos. Querían establecerse como un grupo de presión social, pero era difícil calar dentro del aparato político español para que sus voces de reforma constitucional cobraran fuerza.

Si algo debe quedar claro sobre el mes que pasó en España, es que la población está dispuesta a salir a las calles, a hacer que se escuche su voz sea escuchada y tuitear la revolución para el mundo. Las primeras luces sobre la #spanishrevolution llegaron desde las redes sociales. Incluso medios como Lainformación.com y El País, hacían un seguimiento diario a través de sus redes sociales recopilando minuto a minuto información proveniente de Twitter.

Esta 'revolución española' nació en las redes sociales, bajo la lógica de una comunidad con un interés común pero sin líderes o caudillos. Todos eran iguales bajo el sol, todos apoyaban en todo, todos cuidaban de todos, casi una aspiración de sociedad perfecta. El problema fue que a la hora de tomar decisiones se preocupaban mucho para respetar su pluralidad característica.

Analistas españoles informaban sobre este problema en la toma de decisiones. Si bien la organización 15M tenía voceros, estos eran cambiados constantemente. “Es contraproducente que se mantenga siempre a los mismos compañeros como portavoces, porque la ciudadanía identifica a la plataforma con esas personas. No queremos que se perpetúe un esquema disfuncional en el que la realidad se construye parcialmente mediante las declaraciones de voces autorizadas”, explica el equipo de comunicación de Democracia Real Ya.

El sistema de toma de decisiones dentro de el campamento instaurado en la 'Plaza del Sol' es el del voto a mano alzada en asambleas. ¿Quienes participan en las asambleas? Todos los 'indignados' que quieran hacerlo. El problema con este método, que permite una participación mayoritaria, es su dificultad para llegar a un consenso entre tantas ideas y propuestas que lleva cada uno de los participantes. Las decisiones del movimiento 15M se tomaban en un 'acuerdo de mínimos', ante tanta iniciativa que aparecía a lo largo de las asambleas.

Se podría decir que el enemigo común de esta movilización fue el sistema político. Está claro que los españoles están indignados de su gobierno por la falta de capacidad de reacción a la hora de afrontar la crisis económica y que ahora acata las imposiciones del parlamento europeo sobre recortes laborales. Las protestas, la revolución española, tiene para rato con o sin campamentos. Los españoles han demostrado que están dispuestos a tomar acciones concretas contra la situación que viven, pero tendrán que saber crear una organización capaz de negociar con el aparato estatal. En caso contrario no serán escuchados.


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