lunes, 27 de junio de 2011

Justicia Animal

Justicia animal

Una vez más acabó la legislatura del Congreso sin que se apruebe el proyecto de ley de protección animal. Mientras tanto, la ley que existe es letra muerta, pues sigue sin reglamentarse pese a las protestas de algunos activistas. Once años han pasado desde su aprobación, pero para los animales (y quienes quieran defenderlos legalmente), la situación sigue siendo la misma.

Texto: Israel Guzmán

Treinta y siete días sin comer

Esa fue la duración de la huelga de hambre de José Manuel Guerrero, Robert Villegas, Andrés Salinas y Jennifer Carpio. Acamparon más de un mes frente al Ministerio de Salud pidiendo que se reglamente la ley 27265. Pensaron que iba a ser cuestión de un par de semanas, poco a poco llegaron algunos medios de comunicación, y con la esperanza de que se arme algo grande decidieron quedarse, perdiendo sus trabajos o la inscripción de un semestre en la universidad, pero los resultado no fueron los que esperaban.

Los casos de abuso contra animales domésticos son los más frecuentes en Lima, y de hecho, fue así como se conocieron los cuatro de la huelga de hambre. Cuando querían presentar alguna denuncia formal, no podían hacerlo por la falta de reglamentación. Se conocieron por la red social facebook, y compartiendo la misma inquietud, eligieron protestar de esta manera.

Así pasaron los treinta y siete días sin que ninguna autoridad se acercara a negociar. La cobertura mediática llegó cuando Monique Pardo y Peluchín les dieron su apoyo, cuando Sofía Franco y Wendy Ramos les mandaron saludos, buenas intenciones que no sirvieron de mucho.

Y es que en realidad, el éxito nunca fue una posibilidad real: el Ministerio de Salud y el resto de autoridades a las que les compete el tema trabajan desde el 2008 en el proyecto de ley 4248. Los pocos grupos de protección animal existentes eligieron trabajar por este lado y dejar de lado la 27265. Los cuatro de la huelga de hambre corrían solos contra el mundo.

Así llegó junio y el previsible final de la protesta. La 27265 sigue sin reglamentarse y el proyecto 4248 nunca fue aprobado. La acusación común de los manifestantes: todo era decisión política del ejecutivo y del legislativo, sumada a la inacción –sentida más como traición- de los grupos de protección animal existentes.


"En esta huelga hemos logrado más que muchas de esas organizaciones en varios años, organizaciones que supuestamente se preocupan por los animales, pero que ni los hemos visto acá", dijo Robert en su discurso de cierre de huelga. Mientras tanto, dos de los huelguistas comían sánguches de jamón con gran voracidad, y en un momento que debía ser emotivo o solemne, alguno de la veintena de personas que había ido a apoyarlos prendió un poco de marihuana.   

¿Qué pasa con la 27265?

Desde su aprobación, el 19 de mayo del 2000, esta ley no ha sido reglamentada. A pesar de que muchos sectores la consideren incompleta y obsoleta, lo cierto es que es una ley vigente. El plazo legal para su reglamentación se cumplía 90 días después de su promulgación. Paradójicamente, en el Perú, hasta para los congresistas y ministerios, la ley es letra muerta, y nunca se reglamentó.

Hoy en día es la única herramienta legal de la cual se valen las organizaciones de protección animal para exigir a las autoridades intervenir en algún caso de maltrato animal, pero sin su reglamentación no hay mucho que se pueda hacer en los casos concretos.

Como puntos principales exige que los dueños de animales cumplan con velar por sus adecuadas condiciones de vida y le daba cierto peso a las organizaciones animalistas reconocidas por el Ministerio de Educación, gobiernos locales y regionales, autoridades políticas y de la Policía Nacional. También establece la necesidad de que el Estado apoye la creación de albergues para custodiar a animales de la calle.

El punto más polémico es sin duda el de las corridas de toros y peleas de gallos, que son todavía permitidos por ser actividades culturales.

En cuanto al uso para experimentación y estudio la norma sigue siendo ambigua, y es uno de los puntos donde se hace más necesaria la reglamentación: “se prohíbe todo acto de aprendizaje que cause sufrimiento innecesario, lesión o muerte a un animal, siempre que dicha actividad pueda ser reemplazada por otros métodos de enseñanza”. ¿Cómo se establece esto? ¿Ante quién se denuncia? No hay punto que lo especifique, y mientras tanto, año tras año, se siguen viendo denuncias de perros robados para usarlos en las escuelas de medicina de las universidades San Marcos o Villarreal.

La apuesta por el proyecto 4248

La mayoría de organizaciones animalistas han puesto sus fichas en el proyecto 4248, sobre todo porque lo trabajaron en conjunto con las instituciones del Estado. La ley 27265 en realidad fue una iniciativa aislada de la congresista fujimorista Martha Chávez y de la señora Rosario Quintanilla.

Fabiana Portal, quien ha trabajado apoyando a ADI (Animal Defenders International) en su trabajo en el proyecto, explica de manera bastante concisa por qué se inclinaron por el 4248 en vez de seguir con la ya aprobada 27265: “Esa ley fue un trabajo unilateral, por eso nos hemos enfocado en un nuevo proyecto. Este no solo tiene sustento técnico sino que además ha sido trabajado en consenso y consultando a todas las partes que luego se van a encargar de la reglamentación: los sectores de educación, agricultura, ambiente y producción”.


Con respecto a los huelguistas frente al Ministerio de Salud, nunca hubo coordinación. Un par de veces otra chica del movimiento trató de explicarles por qué apoyaban una nueva ley, pero nunca hubo buen diálogo. 

Las reuniones con DIGESA se dieron semanalmente por casi dos años, participaban desde gente del antirrábico hasta organizaciones internacionales.

Por consenso, decidieron no tratar temas controversiales como las corridas de toros o la experimentación en animales, pues como dice Fabiana Portal, “de ponerlo se cae toda la ley, nunca la aprobarían”. En cambio, trabajan estos temas en proyectos de ley independientes que además aseguran un mayor y mejor sustento.

El principal beneficio es entonces el recoger definiciones más acordes con el movimiento animalista, además de establecer sanciones de cárcel para los casos de crueldad en los que muera un animal.

Además, se prohíbe la crianza y comercialización de animales que no estén aprobados por el Senasa, con lo que se tendría un arma legal para demandar a quienes consuman gatos, perros, o cualquier otro animal doméstico.

El proyecto hubiera pasado fácilmente por la comisión agraria, pero el problema fue la urgencia de sacar la Ley Forestal, que recién fue promulgada el 15 de junio, un día antes de que termine la legislatura, dejándolos sin espacio para que la ley pase a debate.



¿Ahora qué viene?

Con el cierre de la legislatura, el proyecto pasa nuevamente a fojas cero, pero puede volver a ser presentado en el nuevo Congreso, que según Fabiana Portal, estaría incluso más acorde con las ideas de protección animal.

“Se está haciendo trabajo de lobby animalista, en el mejor sentido de la palabra. La idea es conseguir firmas de los nuevos congresistas para rescatar el texto y modificarle incluso pequeñas cosas para luego presentarlo a la comisión agraria”.

  
  
Teresa Torres: “Se necesita profesionalizar el activismo animalista en el Perú”.

Pertenece a la organización Unidos por los Animales (UPA) desde que se fundó, hace casi siete años. Estudia un doctorado en lingüística en Estados Unidos, y aunque le gustaría trabajar como activista a tiempo completo, es consciente de que solo puede hacerlo en sus ratos libres, pues nuestra realidad es muy distinta a la de otros países.

¿Cuál es la situación del movimiento de defensa animal en el Perú?

La verdad es que no se puede hablar de un movimiento unificado. Lo que existe es bastante gente con buenas intenciones que hace lo que puede por defender a los animales. Existen también organizaciones animalistas, pero lamentablemente quienes las integran no pueden dedicarse a eso de manera exclusiva, que creo que sería lo ideal. En organizaciones como Peta por ejemplo los activistas reciben un sueldo que les permite dedicarse a tiempo completo a planear campañas y estrategias, no solo de cara al público, sino también para negociar con instituciones que reglamenten el trato que reciben los animales, instituciones del Estado principalmente. Se necesita profesionalizar a los activistas, y así profesionalizar todo el movimiento de activismo animalista en el Perú.

¿Y cuál es el camino para llegar a esto?

No sé si haya un solo camino para todos, pero lo que intentamos hacer en Unidos por los Animales es realizar acciones mediáticas que de alguna manera muestren hacia el público una cara bien cuidada, que vean que no hacemos cosas improvisadas. Cosas simples pero que dicen mucho, como tratar de uniformizar la vestimenta de activistas o colaboradores, dar una buena presentación en general. Además, lo que es muy importante, trabajar más en educación y legislación que en rescates de perritos abandonados, casos que pueden dar mucha pena, pero que no solucionan el problema de fondo.  



Los Datos
  • ·         La Unión Europea prohibió toda experimentación en animales salvajes o grandes simios a partir del 2012.
  • ·         Barcelona se convirtió en el 2004 en la primera gran ciudad española en declararse ‘antitaurina’. 
  • A mediados del 2010 se aprobó la abolición total de las corridas de toros en toda Cataluña a partir del 2012.
  • ·         En mayo del 2009 Bolivia se convirtió en el primer país del mundo en prohibir los circos con animales.

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