sábado, 11 de junio de 2011

La seguridad ciudadana en manos de los vecinos de Bellavista


Con los años, la delincuencia en el distrito de Bellavista, Callao ha ido aumentando . Ante la problemática, las juntas vecinales, la vigilancia voluntaria de vecinos y el uso de rejas son actualmente los medios de protección de la población Bellavistina. Una crónica de dos urbanizaciones del distrito de Bellavista nos muestran las dinámicas y medidas de seguridad tomadas por la población en materia de seguridad ciudadana.

En Ciudad del Pescado. Las medidas de seguridad tomadas en cada parque parecen similares: Parques cercados por rejas y sin guardianía particular. Allí la población no cuenta con el suficiente poder adquisitivo para pagar guardianía particular. Ante esta dificultad, los pobladores han decidido enrejar varios parques y formar las juntas vecinales como un medio de discusión de temas de seguridad ciudadana entre vecinos

Decido ingresar al parque San Pablo. y para ello debo atravesar una reja alta. Este parque se encuentra enrejado por ambos lados y a las diez de la noche ambas puertas se cierran para no dejar pasar a nadie más, En caso que un vecino llegue tarde se le brinda una llave personal para que pueda abrir. “Mensualmente los vecinos se turnan para cerrar la reja en la noche, esto es rotativo y este sistema ya tiene varios años en Ciudad del Pescador”, explica Supo, vecino de la zona.

Sin embargo, antes de la construcción de la reja del parque San Pablo, los vecinos, mismos cumplían la labor de guardianes del barrio. Estos eran en su mayoría jubilados mayores. “Antes de la reja , un grupo de 5 vecinos se encargaban de cuidar rotativamente todas las noches el barrio, el trabajo era ad honorem y provisional hasta que se juntaran los 5000 soles para levantar la reja”, agrega Supo. DIce que el trabajo era colaborativo con la policía y las medidas tomadas para ahuyentar a los delincuentes han sido efectivas.

Al costado del parque San Pablo, se encuentra el parque Señor de los Milagros. Este parque no posee ninguna reja y guardianía formal. Sin embargo, un vecino voluntario se encarga de cuidar los carros por las noches. “ El señor Cerna se encarga de cuidar la cochera del parque y de pasada cuida las casas. Cada vecino le da dos soles diarios por cuidar sus carros”, comenta Patricia Zeta, vecina de la zona. Agrega que el cuidador de carros es la única medida de seguridad que posee el parque , ya que no existen las juntas vecinale, con poca frecuencia pasa el serenazgo y no hay dinero para pagar guardianía particular.

Una medida de seguridad ciudadana muy similar a la del parque Señor de los Milagros posee el parque Virgen de las Mercedes. Allí no existen rejas y guardianes formales, solo tres vecinos voluntarios que cuidan por las noches.
“No estoy segura si les pagan a los tres , pero uno de ellos se encarga de cuidar los carros de los vecinos y le pagan por ello”, cuenta Juana, vecina de la zona.

Del otro lado, el parque San Judas Tadeo es una calle amplia y sin rejas y guardianes. “ Actualmente la única medida de seguridad que tenemos es el serenazgo que para rondando cada hora.”, explica José, vecino de la zona.
Agrega que desde hace tres años no tienen vigilante porque constantemente recibían amenazas. “Hace cuatro años mataron a un vigilante y los nuevos no quieren arriesgarse por tan poco dinero, muy poca gente paga”, dice.


A unas cuantas cuadras se encuentra el Parque Ayabaca. Desde el momento en que me encuentro en el parque, observo tres efectivos del serenazgo resguardando la zona. Además me llama la atención que todo el parque está enrejado. “ Este parque es bien movido. Los chicos del colegio paraban drogándose y un señor se encargaba de venderles en la puerta”, informa Carmen, vecina de la zona.

Aledaño al parque se encuentra el parque Virgen María. Este parque al igual que sus zonas aledañas se encuentran muy bien resguardado por el serenazgo, ya que en esos lugares se han cometido asaltos, robos y algún homicidio. “ Desde la gestión de Rivadeneyra se han puesto un alumbrado público con más potencia como medidad de seguridad. Además que soy testigo que desde las 5: 30 que salgo a trabajar los operativos del serenazgo paran rondando la zona”, explica José, vecino de la zona.

Cerca a la Universidad del Callao también observo regular patrullaje del personal del serenazgo. “ Allí el serenazgo está más pendiente a raíz de las diversas denuncias que han salido en los periódicos chalacos acerca de los asaltos de los estudiantes. Era una constante que a los muchachos les roben sus mochilas, el célular, En esa zona se han presentado balaceras y han matado un chico”, comenta José.



Segunda parada: San Joaquín

A diferencia de Ciudad del Pescador, la urbanización San Joaquín y otras urbanizaciones aledañas son los distritos más pudientes del Callao. Allí la población posee el suficiente poder adquisitivo para pagar guardianía particular las 24 horas del día. En la Calle Santos Chocano, el problema de los robos se ha ido agravando durante este año a tal punto de que existe una cuadra enrejada por ambos lados y ningún carro ajeno a la cuadra puede pasar. Esta medida perjudica a los vecinos que viven cuadras más arriba y deben desviarse de la ruta.

La mayoría de las calles de San Joaquín están enrejadas cada tres cuadras en su mayoría. Cada pasaje posee plumillas para impedir el ingreso de carros extraños. El serenazgo, a diferencia de algunos lugares de Ciudad del Pescador, no ronda con tanta frecuencia.

En la calle Santos Chocano de la urbanización San Joaquín, el problema de los robos se ha ido agravando durante este año a tal punto de que la cuadra cuatro cuenta exclusivamente con dos guardianes las 24 horas del día. Así mismo, la cuadra se ha enrejado por ambos lados y ningún carro ajeno a la cuadra puede pasar. Esta medida perjudica a los vecinos que viven cuadras más arriba y deben desviarse de su ruta. “Esta medida exagerada es injusta, no es legal. Sin embargo, nadie hace nada porque en esa zona vive un vecino que es fiscal y tiene mucha influencia en la municipalidad, cuenta Berta, vecina de la zona.

Me acerco al guardia de seguridad a altas horas de la noche y le pido que me habrá la reja peatonal para poder ingresar a la cuadra cinco de Chocano, lugar donde vivo. El guardia se niega. “pasado las 10 cerramos todo, vaya por otro lado señorita. Nosotros solo recibimos órdenes de no abrir y punto”. Decido desviarme por otro pasaje muy largo para llegar a mi destino. Realmente es largo y muchos vecinos de las cuadras posteriores no les queda otra opción de tomarlo. Al ingresar a mi casa, pienso sobre las grandes diferencias de dos urbanizacviones de un mismo distrito en materia de seguridad ciudadana.

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